Técnica fotográfica 2. Manual de iniciación con cámara automática. Tamaño de imagen.

Una de las opciones de configuración más sencillas de la cámara es la del tamaño de imagen. Todas las cámaras, por básicas que sean, disponen de esa opción. Cuando uno compra una cámara, lo primero que te dice el vendedor es cuántos megapíxeles tiene, siendo, este dato, al que más importancia se le suele dar como argumento de venta, aunque, como ya veremos, no es tan importante. Al menos, a partir de unos mínimos. El asunto es que, si tu cámara tiene 12 Mp, por ejemplo, significa que sus fotografías contienen unos 12 millones de puntos, normalmente, 4.000 x 3.000 puntos. Esa sería su resolución máxima. De todas maneras, todas las cámaras disponen de otras medidas. O sea, que, aunque lo normal sea tomar imágenes de 12 mp (o de la resolución mayor que tenga la cámara), algún menú nos ofrece la posibilidad de hacer las fotografías con menos resolución. ¿Por qué?. Bueno, pues, básicamente, para que ocupen, las imágenes, menos espacio en la tarjeta. Es decir, si nos estamos quedando sin sitio en la tarjeta de memoria, podemos reducir la resolución, y, de esa manera, ocupan menos y caben más. Otra posibilidad que nos mueva a usar una resolución menor es que queramos enviar, directamente, esas fotografías por internet, o colocarlas en una página o blog, y no tengamos ganas de trabajar reduciéndoles el tamaño en el ordenador. De todas maneras, entre que, por un lado, las tarjetas de memoria no son muy caras, y, por otro, que las conexiones de internet son cada vez más rápidas, no suele ser muy necesario reducir la resolución.



En qué afecta reducir la medida de las fotografías.

Sencillamente, si reducimos la resolución de las fotografías, las hacemos más pequeñas. O sea, en teoría, admitirán menos ampliación sin pérdida de calidad evidente.

Entrar en los detalles de este tema excede en mucho las posibilidades de este artículo, pero, a modo de orientación, comentaremos lo siguiente:


  • Una pantalla de 24 pulgadas, o sea, grandecita, con una resolución FHD (1.920 x 1.080), se llena con una fotografía de 2 Mp, aproximadamante.
  • Una fotografía a 10 x 15 cm. impresa a máxima calidad tiene suficiente con 1.772 x 1.181 px, es decir, también, muy poco más de 2 Mp.
  • Una fotografía a 20 x 15 cm. impresa a máxima calidad tiene suficiente con 2.362 x 1.772 px, es decir, muy poco más de 4 Mp.
  • Una fotografía a 30 x 20 cm. impresa a máxima calidad tiene suficiente con 3.543 x 2.362 px, es decir, unos 8,5 Mp.

Tamaños comparativos de imágenes a diferentes resoluciones.

Vemos pues, que, a no ser que todas nuestras fotografías las revelemos o imprimamos a tamaños muy grandes, la inmensa mayoría de las veces nos sobra resolución por todas partes. De hecho, casi todas las imágenes que vemos en internet, rara vez llegan a 1 Mp de tamaño. Por todo esto que comentamos, vemos que, para muchos de los usuarios, tener una cámara de 8 Mp. o de 40 Mp. casi les da igual, puesto que se está usando una mínima parte de sus posibilidades en casi todos los casos.

Sin embargo, a no ser que, por alguna de las razones mencionadas anteriormente, necesitemos bajar la resolución, lo mejor es tomar las fotografías a tamaño completo, ya que siempre dispondremos de más posibilidades de ampliar esa foto que ha resultado ser la mejor de las vacaciones, o, bien, de hacer un recorte más acusado.

No confundir resolución, o tamaño, con compresión.

La mayoría de las cámaras, o muchas de ellas, disponen, además de la opción de cambiar la resolución, de otro parámetro al que suelen llamar calidad o compresión. Este factor no tiene nada que ver con el tamaño de la imagen, sino en cómo comprime la cámara las imágenes al guardarlas. De hecho, siempre que se guarde en JPEG, la imagen guardada sufre una eliminación de datos respecto a lo que ha captado el sensor. Ese proceso de eliminación se llama compresión, y puede hacerse en mayor o menor grado. A más compresión, menos ocupa la foto en la memoria y más calidad pierde. Esta pérdida de calidad se suele traducir en colores extraños, transiciones poco fluidas o artefactos extraños en la imagen.

A la izquierda, la imagen demasiado comprimida muestra una gran pérdida de calidad
De todas maneras, cada cámara es diferente y no todas usan los mismos ratios de compresión. Por ello, conviene hacer pruebas con la cámara de cada uno y observar hasta qué punto la imagen se degrada.

Eso sí, en principio, y, en caso de necesitar ahorrar espacio, recomendamos reducir la resolución y mantener la compresión, que no al revés. Pero, repetimos, lo mejor es hacer pruebas para conocer bien la cámara.

En la mayoría de las cámaras, los iconos para variar este parámetro son de este estilo: 



Conviene comentar que algunas cámaras pueden guardar en formato RAW, sin compresión (y conservando toda la calidad de la imagen), y, además que, cuando se guarda en JPEG a la máxima calidad, la perdida de ésta es mínima, y, prácticamente, no afecta a la imagen. Otra cosa es que el RAW nos ofrece unas posibilidades de edición más amplias que el JPEG, pero eso es un tema aparte, que, además, no afecta a las cámaras sencillas, que son las que estamos tratando en estos artículos, puesto que, prácticamente, ninguna de ellas tiene la opción de guardar en RAW.

Desde luego, en JPEG se pueden obtener imágenes de muy alta calidad











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