Hemos dispuesto durante unos días de estas tres cámaras, del tipo que, de un tiempo a esta parte, se les ha dado en llamar de clase puente (o bridge, para los que saben mucho inglés), por aquello de que están a medio camino entre las compactas y las réflex.
Bien, el caso es que son cámaras que reúnen unas características que hace pensar en ellas como un todo en uno, incluyendo un zoom extra largo, con el que no hace falta moverse del balcón de casa para fotografiar el Kilimanjaro.
No vamos a hacer aquí una comparación exhaustiva entre estas cámaras, ni a hacer una lista de todos sus atributos. Todo ello se puede consultar con detalle en las páginas de los fabricantes y en otras páginas especializadas. Lo que haremos aquí es hablar sobre qué sensaciones nos han producido al salir con ellas a la vida real, independientemente de lo bien que se comporten en las propagandas de sus fabricantes.
Además, hay que advertir que son cámaras de tres categorías, y precios, diferentes: la Pentax está alrededor de los 200 €, la Sony, alrededor de los 300 €, y, la Nikon es la más cara de su serie, actualmente (julio del 2014), y pasa de los 400 €. Por tanto, hay que tomarse cada comentario teniendo en cuenta de qué estamos hablando.
Eso sí: las tres tiene dos fallos garrafales, a nuestro entender: carecen de formato RAW y de zapata para el flash. Problemas algo entendibles en el caso de la Pentax, menos en el de la Sony, y nada en el de la Nikon, que, para colmo, también ha suprimido el GPS que incorporaba su antecesora, la P520.
Pentax X-5
Pentax es una marca de esas que despierta simpatías, luchando por mantener su sitio, y aumentarlo, entre esos otros gigantes que acaparan casi todo el mercado. Y lo ha conseguido gracias a su buen hacer desde hace muchos años. Por eso elegimos esta cámara para poderla probar, confiando en unas buenas prestaciones, similares, dentro de su gama, a las de otras cámaras de la marca que conocemos de cerca y que tan excelentes son.
Sin embargo, esta X-5 nos ha defraudado. Cierto es que sus características, sobre el papel, son muchas y sobresalientes, y a un precio fuera de concurso, pero es como si todo le fuera un poco grande. Pudimos apreciar que es lenta en todas su reacciones. Tiene visor (cosa de agradecer, en cierto sentido, ya que muchas cámaras de su segmento no lo tienen), pero su calidad es bastante pobre, tanto en color (da unos tonos azulados y con muy poco contraste) como en resolución. Se ve bastante mejor la pantalla articulada, que es de lo mejor de la cámara.
El autofocus es lento y bastante impreciso. Tiene varias opciones: multipunto, macro, a infinito...Pero, por ejemplo, en macro, no se puede elegir el punto de enfoque, con lo cual, acaba enfocando donde le parece, y casi nunca le parece lo mismo que a nosotros. Hacer fotografía macro es bastante desesperante.
El zoom es largo, partiendo de un buen angular de 23 mm. Alardea de un zoom digital de alta calidad que pasa de los 4.000 mm. (equivalente en 35 mm.), pero la calidad obtenida al usar ese extra digital es muypobre. Además, el encuadrar es casi imposible, y el enfoque es lento, y no digamos el disparo.
Otro punto muy mejorable es que dispone de modo manual (no hay modos A ni S), pero sólo nos ofrece 2 diafragmas, que varían en función de las condiciones. Permiten muy poco y muy torpe control de la situación, ya que, frecuentemente, con una velocidad dada, ninguno de los dos diafragmas nos sirve, uno por exceso y otro por defecto, con lo cual hay que acabar variando la velocidad.
En definitiva, nos pareció una cámara bastante poco operativa e incómoda de manejar, y que ofrece unos resultados inciertos, siendo poco fiable.
Usa cuatro pilas del tipo AA, cosa que puede ser buena o mala, dependiendo de cómo lo miremos. Lo que es seguro es que, al cabo del año, nos habremos gastado un buen dinero en pilas, a no ser que compremos un cargador y pilas recargables, aunque es cierto que es difícil que nos quedemos sin energía a mitad del día, porque ese tipo de pilas se encuentran en cualquier tienda.
Lamentablemente, no la podemos recomendar, ya que es muy probable que, en un paseo fotográfico, más que disfrutar con ella, se acabe harto y deseando volver a casa.
Sony H-400
Como gran argumento expone su enorme zoom óptico de 63 aumentos, el mayor de todos los disponibles actualmente.
Al usar la cámara se nota un salto de calidad respecto a la Pentax X-5. Resulta un poco desconcertante que no se pueda activar el estabilizador, ni el modo macro, simplemente, porque están siempre activados, cosa que se descubre a base de probar.
La sensación que nos ofrece la cámara es bastante sólida. Tanto la pantalla como el visor funcionan con corrección y calidad. El zoom es inacabable, lo que hace intuir unas fotos bastante movidas en el extremo teleobjetivo, pero hay que remarcar el casi increíble trabajo que hace el estabilizador. Se pueden tomar fotografías a velocidad 1/40 s. usando el zoom al máximo, que equivale a unos 1.550 mm, sin rastro de trepidación.
Por lo demás, la calidad de imagen es bastante consistente, aunque con dos problemas: se lleva bastante mal con los colores rosa-violeta. Si se fotografían flores de esos colores, los resultados son absolutamente diferentes a la realidad. Por otro lado, la calidad de la lente nos ofrece resultados poco convincentes en el extremo teleobjetivo.
Lo peor, de todas maneras, es el funcionamiento lento, en general, en todos sus procesos, cosa que hace que perdamos ocasiones fotográficas y que, al igual que pasaba con la X-5, un paseo fotográfico se puede convertir en algo un poco pesado.
Aunque nos pareció mejor que la Pentax X-5, en general, esperábamos más de esta Sony H-400.
Nikon P-600
Esta Nikon represneta la cumbre de las Coolpix, lo cual ya es un hándicap, porque uno espera un prodigio de cámara, siendo la marca que es.
Cierto es que la lista de especificaciones es impresionante, salvando los fallos imperdonables de carencia de formato RAW, de zapata de flash y de GPS (ya que la anterior P-520 lo incluía).
La calidad de las imágenes es muy buena, y hay que remarcar que dispone de varios modos de color (natural, vívido...) que realmente hacen efecto, y cada uno de ellos se puede configurar (color, nitidez...), notándose, claramente, los ajustes que hacemos. Ello permite, a quien le guste, ajustar bien la imagen en la misma cámara, cosa que puede ahorrar horas de ordenador, si le cogemos bien el truco.
La pantalla móvil es estupenda, y de una calidad excelente (tanta, que luego puede uno sentirse decepcionado al ver la fotografías en la pantalla del ordenador). No es tan buena la calidad del visor óptico, aunque es suficiente.
El color es muy adecuado, y el ajuste personalizado de balance de blancos puede permitir un gran trabajo en ese sentido, aunque, insistimos, no disponer de formato RAW limita muchísimo las posibilidades de esta cámara para hacer fotografías en situaciones donde la luz es extraña, como puede ser una noche iluminada por las calles de un ciudad, o una sala de fiestas nocturna, por decir algo.
El zoom es estupendo, aunque la calidad obtenida en sus focales máxima podría ser mejor. El zoom digital no aporta demasiado, aparte de enormes dificultades para encuadrar bien.
Lo peor, sin duda, es la dificultad que muestra esta cámara para enfocar. No es que sea muy lenta, pero le cuesta. Seguro que muchos amantes de fotografiar pájaros en la naturaleza habrán pensado en esta cámara, dado su enorme alcance. Pues bien, no me parece demasiado adecuada. Es muy complicado encuadrar bien, y el enfoque es bastante, o muy, lento. Vamos, que cuando puedes disparar, el pájaro hace rato que ya no está.
En definitiva, es una cámara muy buena, con las pegas que ya hemos nombrado, pero se sigue comportando como una compacta, en el peor de los sentidos, en algunos aspectos, especialmente en el enfoque.
Sin duda se pueden conseguir muy buenas imágenes con ella, y se puede disfrutar mucho usándola, pero, por el precio que tiene, creo que se puede, al menos, buscar y comparar con otras cámaras de otras marcas.
La comparación: Lumix FZ-200
La verdad es que, dentro de las cámaras de este tipo que hemos podido probar, la FZ-200 les da una soberana paliza a todas ellas (insisto, de los que hemos podido probar). Todas ellas flojean en el tema ruido, y la Lumix les saca muchísma ventaja con su zoom de F:2:8 en todo su recorrido (al poder usar ISOS más bajs en casi todas las ocasiones). Cierto es que el zoom es más corto que el de la mayoría, pero sus 600 mm. son más que suficientes en la mayoría de las ocasiones.
Es una cámara con un enfoque rapidísimo y muy fiable, dispone de RAW, de zapata de flash, pantalla giratoria, un montón de controles mediante botones, una calidad de imagen excelente (insistimos: cuidado al subir el ISO). Creemos que supera a las tres anteriores de largo, a no ser que sea imprescindible un teleobjetivo de más de 1.000 mm.
Aquí se pueden ver todas las imágenes anteriores con los datos EXIF.
Bien, el caso es que son cámaras que reúnen unas características que hace pensar en ellas como un todo en uno, incluyendo un zoom extra largo, con el que no hace falta moverse del balcón de casa para fotografiar el Kilimanjaro.
No vamos a hacer aquí una comparación exhaustiva entre estas cámaras, ni a hacer una lista de todos sus atributos. Todo ello se puede consultar con detalle en las páginas de los fabricantes y en otras páginas especializadas. Lo que haremos aquí es hablar sobre qué sensaciones nos han producido al salir con ellas a la vida real, independientemente de lo bien que se comporten en las propagandas de sus fabricantes.
Además, hay que advertir que son cámaras de tres categorías, y precios, diferentes: la Pentax está alrededor de los 200 €, la Sony, alrededor de los 300 €, y, la Nikon es la más cara de su serie, actualmente (julio del 2014), y pasa de los 400 €. Por tanto, hay que tomarse cada comentario teniendo en cuenta de qué estamos hablando.
Eso sí: las tres tiene dos fallos garrafales, a nuestro entender: carecen de formato RAW y de zapata para el flash. Problemas algo entendibles en el caso de la Pentax, menos en el de la Sony, y nada en el de la Nikon, que, para colmo, también ha suprimido el GPS que incorporaba su antecesora, la P520.
Pentax X-5
Pentax es una marca de esas que despierta simpatías, luchando por mantener su sitio, y aumentarlo, entre esos otros gigantes que acaparan casi todo el mercado. Y lo ha conseguido gracias a su buen hacer desde hace muchos años. Por eso elegimos esta cámara para poderla probar, confiando en unas buenas prestaciones, similares, dentro de su gama, a las de otras cámaras de la marca que conocemos de cerca y que tan excelentes son.
Sin embargo, esta X-5 nos ha defraudado. Cierto es que sus características, sobre el papel, son muchas y sobresalientes, y a un precio fuera de concurso, pero es como si todo le fuera un poco grande. Pudimos apreciar que es lenta en todas su reacciones. Tiene visor (cosa de agradecer, en cierto sentido, ya que muchas cámaras de su segmento no lo tienen), pero su calidad es bastante pobre, tanto en color (da unos tonos azulados y con muy poco contraste) como en resolución. Se ve bastante mejor la pantalla articulada, que es de lo mejor de la cámara.
La calidad de esta imagen es buena, pero este edificio es verde. |
El autofocus es lento y bastante impreciso. Tiene varias opciones: multipunto, macro, a infinito...Pero, por ejemplo, en macro, no se puede elegir el punto de enfoque, con lo cual, acaba enfocando donde le parece, y casi nunca le parece lo mismo que a nosotros. Hacer fotografía macro es bastante desesperante.
Si consigues enfocar, cosa no fácil, la calidad final puede ser bastante buena. |
El zoom es largo, partiendo de un buen angular de 23 mm. Alardea de un zoom digital de alta calidad que pasa de los 4.000 mm. (equivalente en 35 mm.), pero la calidad obtenida al usar ese extra digital es muypobre. Además, el encuadrar es casi imposible, y el enfoque es lento, y no digamos el disparo.
El zoom óptico ofrece una buena calidad... |
...al contrario del zoom digital |
Otro punto muy mejorable es que dispone de modo manual (no hay modos A ni S), pero sólo nos ofrece 2 diafragmas, que varían en función de las condiciones. Permiten muy poco y muy torpe control de la situación, ya que, frecuentemente, con una velocidad dada, ninguno de los dos diafragmas nos sirve, uno por exceso y otro por defecto, con lo cual hay que acabar variando la velocidad.
En definitiva, nos pareció una cámara bastante poco operativa e incómoda de manejar, y que ofrece unos resultados inciertos, siendo poco fiable.
Usa cuatro pilas del tipo AA, cosa que puede ser buena o mala, dependiendo de cómo lo miremos. Lo que es seguro es que, al cabo del año, nos habremos gastado un buen dinero en pilas, a no ser que compremos un cargador y pilas recargables, aunque es cierto que es difícil que nos quedemos sin energía a mitad del día, porque ese tipo de pilas se encuentran en cualquier tienda.
Lamentablemente, no la podemos recomendar, ya que es muy probable que, en un paseo fotográfico, más que disfrutar con ella, se acabe harto y deseando volver a casa.
Sony H-400
Como gran argumento expone su enorme zoom óptico de 63 aumentos, el mayor de todos los disponibles actualmente.
El objetivo en posición angular. El árbol marcado con el círculo rojo es el de la fotografía de debajo, con el zoom al máximo. |
La sensación que nos ofrece la cámara es bastante sólida. Tanto la pantalla como el visor funcionan con corrección y calidad. El zoom es inacabable, lo que hace intuir unas fotos bastante movidas en el extremo teleobjetivo, pero hay que remarcar el casi increíble trabajo que hace el estabilizador. Se pueden tomar fotografías a velocidad 1/40 s. usando el zoom al máximo, que equivale a unos 1.550 mm, sin rastro de trepidación.
Fotografía macro con la Sony H-400 |
Por lo demás, la calidad de imagen es bastante consistente, aunque con dos problemas: se lleva bastante mal con los colores rosa-violeta. Si se fotografían flores de esos colores, los resultados son absolutamente diferentes a la realidad. Por otro lado, la calidad de la lente nos ofrece resultados poco convincentes en el extremo teleobjetivo.
Estas florecillas son rosas, en realidad. |
Lo peor, de todas maneras, es el funcionamiento lento, en general, en todos sus procesos, cosa que hace que perdamos ocasiones fotográficas y que, al igual que pasaba con la X-5, un paseo fotográfico se puede convertir en algo un poco pesado.
Aunque nos pareció mejor que la Pentax X-5, en general, esperábamos más de esta Sony H-400.
Otra imagen con el zoom al máximo. |
La Sony H-400 puede conseguir imágenes de muy buena calidad. |
Esta Nikon represneta la cumbre de las Coolpix, lo cual ya es un hándicap, porque uno espera un prodigio de cámara, siendo la marca que es.
Cierto es que la lista de especificaciones es impresionante, salvando los fallos imperdonables de carencia de formato RAW, de zapata de flash y de GPS (ya que la anterior P-520 lo incluía).
Esta Nikon frece una buena calidad de imagen. |
Prescindiendo de estos problemas, se trata de una buena cámara. El funcionamiento es muy bueno, con más botones que las otras dos máquinas analizadas aquí, lo cual facilita el manejo, aunque, aún así, hay que recurrir más de lo deseado a los menúes. Pero, vaya, en general, es agradable.
Esta imagen está tomada de noche con luz artificial. El balance de blancos personalizado hace un excelente trabajo. |
La calidad de las imágenes es muy buena, y hay que remarcar que dispone de varios modos de color (natural, vívido...) que realmente hacen efecto, y cada uno de ellos se puede configurar (color, nitidez...), notándose, claramente, los ajustes que hacemos. Ello permite, a quien le guste, ajustar bien la imagen en la misma cámara, cosa que puede ahorrar horas de ordenador, si le cogemos bien el truco.
Imagen con el zoom al máximo y con el zoom digital ( Dynamic Fine Zoom). |
La pantalla móvil es estupenda, y de una calidad excelente (tanta, que luego puede uno sentirse decepcionado al ver la fotografías en la pantalla del ordenador). No es tan buena la calidad del visor óptico, aunque es suficiente.
El color es muy adecuado, y el ajuste personalizado de balance de blancos puede permitir un gran trabajo en ese sentido, aunque, insistimos, no disponer de formato RAW limita muchísimo las posibilidades de esta cámara para hacer fotografías en situaciones donde la luz es extraña, como puede ser una noche iluminada por las calles de un ciudad, o una sala de fiestas nocturna, por decir algo.
Macrofotografía con la Nikon P-600. |
El zoom es estupendo, aunque la calidad obtenida en sus focales máxima podría ser mejor. El zoom digital no aporta demasiado, aparte de enormes dificultades para encuadrar bien.
Lo peor, sin duda, es la dificultad que muestra esta cámara para enfocar. No es que sea muy lenta, pero le cuesta. Seguro que muchos amantes de fotografiar pájaros en la naturaleza habrán pensado en esta cámara, dado su enorme alcance. Pues bien, no me parece demasiado adecuada. Es muy complicado encuadrar bien, y el enfoque es bastante, o muy, lento. Vamos, que cuando puedes disparar, el pájaro hace rato que ya no está.
Fotografía nocturna en blanco y negro. |
Sin duda se pueden conseguir muy buenas imágenes con ella, y se puede disfrutar mucho usándola, pero, por el precio que tiene, creo que se puede, al menos, buscar y comparar con otras cámaras de otras marcas.
La comparación: Lumix FZ-200
La verdad es que, dentro de las cámaras de este tipo que hemos podido probar, la FZ-200 les da una soberana paliza a todas ellas (insisto, de los que hemos podido probar). Todas ellas flojean en el tema ruido, y la Lumix les saca muchísma ventaja con su zoom de F:2:8 en todo su recorrido (al poder usar ISOS más bajs en casi todas las ocasiones). Cierto es que el zoom es más corto que el de la mayoría, pero sus 600 mm. son más que suficientes en la mayoría de las ocasiones.
Es una cámara con un enfoque rapidísimo y muy fiable, dispone de RAW, de zapata de flash, pantalla giratoria, un montón de controles mediante botones, una calidad de imagen excelente (insistimos: cuidado al subir el ISO). Creemos que supera a las tres anteriores de largo, a no ser que sea imprescindible un teleobjetivo de más de 1.000 mm.
Aquí se pueden ver todas las imágenes anteriores con los datos EXIF.
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