Modas fotográficas: Ráfagas y defensa del JPEG.

Es curioso como, según las épocas, van cambiando las cualidades de las que presumen fabricantes, vendedores y poseedores de cámaras.

Primero fueron los megapíxeles, luego los zooms, y, hace un tiempo, se pus de moda contar el número de disparos por segundo que es capaz de hacer una cámara. Esto último lo encuentro bastante absurdo en la mayoría de los casos, ya que, normalmente, no es necesario disparar 80 veces a la misma escena.

Sí, hay veces que es útil: fotografías de deportes, de animales en acción, etc, pero estoy completamente seguro que, la mayoría de los aficionados a la fotografía, muy rara vez usan esa función. Bueno, lo peor es que hay quien sí lo usa, y, cuando vuelve de vacaciones, te enseña sus fotos, entre las que hay interminables series de él y su primo con la catedral de París de fondo, o en cualquier otra escena. Convendría decirles que, con enseñar una sola foto, es suficiente.

Total, que, siendo una característica que puede ser útil en algunas circunstancias, resulta curioso que se haya convertido en un argumento de venta de los principales, y, peor aún, que haya quien compre una cámara porque hace 28 fotos por segundo, cuando, después, no usa nunca esa función. Es más, es que ni sabe cómo se activa.

Otra de las funciones de moda es el RAW, aunque, ésta, a un nivel de conocimientos superior. Cuando das con un fotógrafo, profesional o aficionado, de los que sabe mucho, y te dice que él SOLO dispara en RAW, ves el gesto torcido que se le pone cuando tú les dices ¿que disparas en qué...?

Hombre, no vamos a descubrir ahora las cualidades del formato RAW, que son muchas y, para  ciertas ocasiones, muy útiles. Es decir, que el RAW es un acierto y muy interesante disponer de él y usarlo.

Pero eso no quita que el JPEG tiene, también, su gracia. Para empezar, ocupa mucho menos y es visible y editable con todos los programas. Pero, aparte de eso, nos puede hacer sentir más fotógrafos en el momento de tomar las fotos. Es decir, dedicarnos más a la fotografía cuando estamos en la cámara y aplicar menos eso de no pasa nada si me equivoco. Ye lo arreglaré desde el RAW en el ordenador. Disparar en JPEG te obliga a ser más preciso en la exposición y en el balance de blancos (incluso, a hacer mediciones concretas en según qué ambientes), a conocer mejor la cámara, especialmente sus defectos, a recurrir a los horquillados, etc.  O sea, a ser más fotógrafo y menos editor de fotografías. Y, para colmo, puedes entretenerte con todos esos modos que llevan las cámaras tipo color vívido o efecto drama, por ejemplo, que, ya sé que no es nada muy profesional, pero uno puede buenos ratos haciendo pruebas y conseguir resultados curiosos. Total, para muchos, la fotografía es eso: un pasatiempo.

En fin: que no hay que olvidarse del RAW, que es lo mejor que hay, pero el JPEG también, como he dicho antes, tiene su interés.

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