Esta es la imponente Cascada de Calomarde, en la provincia de Teruel, y, más concretamente, en la Sierra de Albarracín. Está hecha un día de finales de diciembre de 2009, bajo una persistente lluvia. El ruido que hacía el agua era más que considerable.
Para este tipo de fotografías, en las que el agua aparece con ese aspecto de movimiento continuo, se hace imprescindible una exposición más o menos larga, dependiendo de varios factores: luz ambiente y velocidad del agua. Si la fotografía se hace a pleno día, como es el caso, a pesar de ser un día nublado, se suele hacer necesario el uso de filtros que reduzcan la entrada de luz, ya que, aunque se cierre el diafragma al máximo, un tiempo de exposición de 0,8 segundos, como en este caso, suele ser suficiente para quemar totalmente la toma. En este caso, utilizamos un filtro de densidad neutra ND4 y un filtro polarizador circular, útil, también, en estos casos.
Obviamente, si la fotografía se realiza en momentos del día en que hay menos luz, se puede alargar la exposición, e, incluso, prescindir de los filtros.
Ni que decir tiene que es imprescindible usar el ISO más bajo de que disponga la cámara, así como usar trípode y disparador automático, o mando disparador a distancia.
En resumen
-Colocar la cámara en el trípode.
-Poner el modo S (prioridad a la velocidad) o M (Manual).
-Elegir una velocidad lenta. Lo suficientemente lenta como para que el agua quede movida, pero la foto no se queme. Puede andar alrededor de un segundo, aunque es muy variable, en función de la luz ambiente y de la velocidad del agua.
-Si se está en modo M, conviene cerrar bastante el diafragma. Si a pleno día, posiblemente, habrá que cerrarlo totalmente.
-Si es necesario, usar filtros reductores de entrada de luz.
-Usar disparador automático o mando disparador a distancia.
-Hacer las pruebas necesario hasta conseguir el efecto deseado.
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