Cuando se compra uno una cámara como esta, lo primero que se quiere comprobar es cuánto rinde el zoom.
Así que, para cerciorarnos de su calidad, alcance y posibilidades, hemos salido a dar un paseo matinal por la ciudad.
Lo primero que hemos visto para probar su potente teleobjetivo han sido pájaros, y a por ellos hemos ido.
Esta inocente urraca, que pasaba allí, nos ha permitido comprobar lo siguiente:
Esta otra toma, de un mirlo, en este caso, se hizo con el zoom en su máximo rango de 600 mm. Podemos ver la precisión del enfoque, ya que, como se puede observar, la profundidad de campo es muy pequeña, pero el animal está perfectamente enfocado.
Pero ahora, vamos a ver cómo se comporta con aves en vuelo. En seguida localizamos algunas gaviotas, y a por ellas fuimos. En esta ocasión, dado que las encuadrábamos sobre un cielo azul, elegimos el enfoque de 3 áreas, para comprobar cómo reaccionaba, en cuanto a rapidez y precisión. El resultado no pudo ser mejor.
También probamos algo de acción más rápida. En este caso, otra gaviota que pasó a dos metros de la cámara a mucha velocidad. Vemos que la FZ-200 reaccionó con presteza y precisión.
Conclusiones:
Vemos que la Lumix FZ-200 ofrece lo necesario para poder realizar este tipo de fotografía. La precisión y la rapidez de enfoque es más que suficiente. Es capaz de captar detalles y matices de colores que permiten obtener imágenes muy llamativas, y el teleobjetivo de 600 mm permite mantenerse a una distancia prudente de los animales.
Dependiendo de la situación, puede convenir el enfoque de 1 área o el de 23 áreas. Éste último lo aconsejamos en caso de seguir aves en vuelo con un fondo uniforme.
Para aves en movimiento, conviene usar velocidades bastante altas (es muy variable, pero, por lo general, de 1/500 como mínimo, aunque puede ser necesario mucho más; la última fotografía de esta serie está hecha a 1/1.600).
Así que, para cerciorarnos de su calidad, alcance y posibilidades, hemos salido a dar un paseo matinal por la ciudad.
Lo primero que hemos visto para probar su potente teleobjetivo han sido pájaros, y a por ellos hemos ido.
Esta inocente urraca, que pasaba allí, nos ha permitido comprobar lo siguiente:
- La precisión del enfoque. En este caso, hemos optado por el enfoque de 1 área, ya que el animal ha sido bastante paciente y no se movía demasiado. En otras ocasiones, hemos utilizado por el enfoque de 23 áreas.
- La riqueza de texturas que es capaz de captar la cámara.
- La variedad cromática, excelente.
- El rango dinámico. Conserva detalles en zonas muy oscuras y en zonas claras.
Esta otra toma, de un mirlo, en este caso, se hizo con el zoom en su máximo rango de 600 mm. Podemos ver la precisión del enfoque, ya que, como se puede observar, la profundidad de campo es muy pequeña, pero el animal está perfectamente enfocado.
Pero ahora, vamos a ver cómo se comporta con aves en vuelo. En seguida localizamos algunas gaviotas, y a por ellas fuimos. En esta ocasión, dado que las encuadrábamos sobre un cielo azul, elegimos el enfoque de 3 áreas, para comprobar cómo reaccionaba, en cuanto a rapidez y precisión. El resultado no pudo ser mejor.
También probamos algo de acción más rápida. En este caso, otra gaviota que pasó a dos metros de la cámara a mucha velocidad. Vemos que la FZ-200 reaccionó con presteza y precisión.
Conclusiones:
Vemos que la Lumix FZ-200 ofrece lo necesario para poder realizar este tipo de fotografía. La precisión y la rapidez de enfoque es más que suficiente. Es capaz de captar detalles y matices de colores que permiten obtener imágenes muy llamativas, y el teleobjetivo de 600 mm permite mantenerse a una distancia prudente de los animales.
Dependiendo de la situación, puede convenir el enfoque de 1 área o el de 23 áreas. Éste último lo aconsejamos en caso de seguir aves en vuelo con un fondo uniforme.
Para aves en movimiento, conviene usar velocidades bastante altas (es muy variable, pero, por lo general, de 1/500 como mínimo, aunque puede ser necesario mucho más; la última fotografía de esta serie está hecha a 1/1.600).
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Lumix FZ200