Sin embargo, por raro que pueda parecer a primera vista, a veces entra demasiada luz en la cámara, a pesar de cerrar el diafragma al máximo.
¿Cuándo? Cundo necesitamos usar exposiciones largas (medio segundo o más, por ejemplo), y estamos a pleno sol. En esas circunstancias, aunque cerremos el diafragma y bajemos el ISO a su valor mínimo, nos seguirá quedando quemada.
Necesitar exposiciones largas se puede deber a queramos conseguir algún efecto de movimiento. Es muy habitual en casos de querer conseguir un efecto sedoso en el agua en movimiento.
El filtro de densidad neutra (filtro ND), no es más que un filtro que frena la entrada de la luz en la cámara, sin afectar al color. De esa manera, aunque haya mucha luz, podemos alargar la exposición. El efecto es el el mismo que si esperáramos a que bajase la intensidad de la luz al atardecer. Pero, si no podemos esperar, podemos usar el filtro.
Otro caso es el de fotografiar algún paisaje por el que va pasando gente sin parar. Si usamos una exposición muy larga, podemos conseguir que no se vea a los transeúntes, o, en todo caso, que aparezcan casi invisibles.
Los filtros ND se clasifican con una numeración (ND2, ND4, ND8...), según la intensidad del efecto que consiguen, aunque la nomenclatura no es igual en todas las marcas. Los filtros más tenues consiguen una rebaja del 50 % de la luz (con lo cual podemos alargar la exposición al doble de tiempo), y, los más densos, tan sólo dejan pasar un 0,001 % de la luz. Entre los dos extremos, hay una extensa gama.
Otro caso es el de los filtros degradados, que tienen una parte más oscura que la otra, con una suave transición entre ellos. Sirven, entre otras cosas, para fotografiar escenas con dos zonas muy diferenciadas en cuanto a luminosidad. Por ejemplo, una paisaje con un terrenos oscuro y un cielo muy claro. Si se hace coincidir la parte oscura del filtro en la zona clara de la escena, podemos equilibrar mucho más los niveles de luminosidad.
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